sábado, diciembre 29, 2007

...Doctrina básica...

Salí a caminar por un camino muy grande y lleno de cosas bellas,
Cierto día vi una vereda muy angosta en la cual quise entrar
Y vi a tanta gente dentro y sin ningún señalamiento
Me detuve para darme cuenta lo que ahí ocurría
Después de un momento me percate que eran ríos de gente
Y se sentía mi ardiente respiración en un palpitar de estallidos como una parvada espantada
Escuche doctrinas, salmos y alabanzas que me envolvieron con tanta magia y facilidad que fue una hipnosis de un cuadro de Andy Warhol permeando en las sinapsis de mi hemisferio derecho

Una hoja amarilla rompió el hechizo al pasar por delante de mí, la atrape y hoy por hoy la llevo en mi cartera como un cliché de la buena suerte
Es verdad lo que dicen tus palabras de mi… estamos en dos mundos y la moneda esta en el aire, somos maquinarias del sufrimiento como lo dice Leopoldo, y esta aseveración radical hay que temerle con los ojos abiertos y los sentidos a flor de piel… por ello mismo retomo el camino correcto de mi vida y regreso a las doctrinas básicas que siempre me han dado resultado, pues lo básico nunca pasara de moda… y eso es lo que mas vale...

Dos poemas de sor Juana Inés de la Cruz…

Las rodajas de limones eran mis únicas compañeras…. Los litros de cervezas fueron hidratando la memoria hasta quedar un pan con levadura y lagrimas metidas en el desencuentro amorosos del cuchillo que corta los limones para humedecer los labios amargos del sentimiento permanente en mi venas… trascurrieron uno segundos quise permanecer para siempre en el abanico de tu discretísimo unicelular del preámbulo eyaculatorio de tu feminidad congruente a dos poemas de sor Juana Inés de la Cruz… donde me dejaste perderme en tu veneno que se impregna como la humedad antes de la fecundidad de tu varón que ruega ser un caballero de follajes incrédulos de tu fantasía banal…