jueves, marzo 06, 2008

Fuimos tan felices...

Fuimos tan felices antes de que los vientos sonaran las notas del "himno" que acompañan las despedidas de las felicidades… palabras de protesta en las articulaciones del arlequín de las quimeras que ríen cuando uno de nosotros pasa de frente y que interrumpen las oraciones de los desprotegidos… "La tristeza es tan romántica y sensual que me seduce en ocasiones especiales, sin poder encontrar una explicación de las cosas de lo poco que se…" tenía razón Margarett


Caminantes fundadores de un recuerdo que huele a nostalgia dentro de las plegarias a dos almas condenadas por los pecados mortales que día a día se cargan en la lista incontable de vaivenes de un souvenir del purgatorio ese "kitsch" que se impregna en al sangre…


Sobre la mesa de ese festejo estaba mi alma rota zurcida en trozos pequeños difíciles de pegar, la bruja del cuento que de niño me hacia llorar, el fantasma de una casa vacía y postergada por un razonamiento incomprendido, los regalos eran cajitas de música difíciles de parar en una letal agonía… cave tanto en la “nada” que mis manos quedaron sangrando y mis dedos deshechos por el deseo de regresar nuevamente a buscar el mapa donde se perdió la felicidad, a veces los hechos llaman a los cuenta-habientes de la nostalgia que recogen en su camino los pedacitos de sus almas sobre la mesa de los festejos, y que nunca llegaran, ellos solo ven como se va muriendo la vela con el frio de la madrugada…


La luna creció tanto que en la noche murieron los dragones que cuidaban a la princesa en las mazmorras de la eternidad de un cristal ámbar, esa noche te volví a fecundar

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