jueves, octubre 25, 2007

Sábado efímero

Pensé en cambiar los planes a la mitad del frío. Fue cuando conocí a una mujer de aspecto amable que me dijo “hola” y salimos a conocernos un sábado siguiéndonos los pasos cuando agonizaban los rayos de la tarde, por pluralidad nos conocimos ese día efímero y dentro de esas charlas y risas, los libros no tienen literatura de lo que no ocurrió ese día. Y a veces tales aberraciones cambian los planes como imanes para captar las cucharadas de miel de las palabras desordenadas en un hormiguero de claudicaciones falsas en la cama de un enfermo que padece de soledad esporádica en cúmulos de yerba azul. Podría ser una síntesis de Chernobil, como la ave azul que voló una tarde en Puebla por la Av. Juárez buscando la yerba azul que consagra a los enfermos de soledades esporádicas, quisiera encontrar una salida para todas estas cosas de mi vida solo que no recuerdo ni como entre hasta aquí, quisiera volver a ti pero me vuelvo a anestesiar, Hoy ya no te extraño, solo te recuerdo